lunes, 10 de febrero de 2014

Cien años de bigote, bastón y bombín

Hace cien años, en febrero de 1914, apareció por primera vez en una pantalla la figura de Charlot, un personaje algo destartalado caracterizado por su bigotito (pintado), su bastón y su bombín. Un "elegante" vagabundo que durante décadas haría reír (y a veces llorar) a medio mundo con sus historietas plagadas de meteduras de pata y desastres varios. 

Cine en blanco y negro y mudo, tan diferente al que estamos acostumbrados hoy en día pero que sorprende y entretiene de igual manera, basado en los gestos y despertar las reacciones básicas en el espectador: la risa y la emoción

Charlot es un personaje fantástico para aproximar a los niños a la esencia del cine, a la narración audiovisual. Sin ornamentaciones, sin diálogos complejos, sin grandes efectos: simplemente, un personaje al que le suceden cosas, muchas de ellas divertidas, inmerso en desastres y problemas de los que, casi siempre, sale victorioso dejando al espectador con una sonrisa en la boca. ¿Qué mejor manera de aprender que a través de la risa? 

Cualquier película de Charlot puede ser un buen inicio. Aprovechad la ausencia de diálogos para comentar las escenas, para narrar lo que está sucediendo, para opinar y, sobre todo...¡para reír! Como ejemplo, aquí os dejamos un fragmento de una de sus películas más conocidas, Tiempos modernos (1936). ¡Empecemos la semana con una sonrisa!


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