¡Pues sí! Se conoce como "paternoster" y hay que
demostrar bastante destreza para subir y bajar de él porque, como decimos, hay
que hacerlo mientras se mueve. Digamos que es algo así como una puerta
giratoria ¡pero en vertical!
Aunque desde que se inventó (a finales del siglo XIX) hasta
mediados de los setenta fue muy popular, a partir de ese momento dejó de
instalarse por razones de seguridad. Sin embargo, aún quedan algunos en
funcionamiento, muchos de ellos en Alemania (Munich, Hamburgo...).
La mayoría se encuentran en edificios públicos
universitarios pero en Frankfurt, por ejemplo, podéis subir en el que todavía
conserva el hotel Fleming's Deluxe. Es de acceso gratuito para ir a la cafetería
que está en la azotea del edificio. Desde allí, además, podréis
disfrutar de una panorámica fantástica de la ciudad.
Fuera de Alemania podéis encontrar este ascensor tan curioso
en ciudades como Sheffield, Copenague y Praga (¡esta ciudad conserva más de
10! Aquí podéis ver dónde se encuentran exactamente).
Así que ya sabéis, si organizáis un viaje familiar a alguna de estas ciudades informaos sobre si conservan alguno de estos ascensores y preparad una "visita sorpresa". ¡Seguro que dejáis a vuestros hijos con la boca abierta!
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